marzo 24, 2009

MAR - OCÉANO



"Quién ha cruzado el mar con sus tiburones y demonios,
con sus olas terroríficas, tan difíciles de salvar...
se dice que ha llegado al fin del mundo
y que ha partido más allá".




Asociado con el simbolismo de las aguas, comparte con ellas algo de su significado; origen de la vida, todo sale de él y hacia él vuelve; es el lugar del nacimiento, la transformación y el renacimiento.

En su extensión, casi sin límites, subyace la idea de lo indeterminado, lo indefinido y lo insondable.









Asociado al corazón del hombre es sede de las pasiones, por lo que, en ocasiones, la travesía sobre sus aguas agitadas es sinónimo de aprender a dominarlas y a superarlas.

Alcanzar tierra firme después de una difícil navegación, alude a haber adquirido cierto conocimiento, controlado los instintos, enfrentado los miedos y logrado cierta seguridad y tranquilidad interior.









Por su constante movimiento, puede simbolizar un estado de inquietud, de agitación que suele generar indecisión, ambivalencia; se habla de "un mar de dudas".

También se lo considera reflejo del curso de la existencia humana y de las fluctuaciones de sus deseos y sentimientos.

Hogar de monstruos y criaturas misteriosas, por lo desconocido que alberga en su interior y por sus profundas y, en ocasiones, peligrosas corrientes, es imagen de lo inconsciente y de todo lo que se esconde en él: conductas que pueden resultar positivas o negativas, motivaciones secretas e insospechadas.





Algunas obras que lo muestran






Wladyslaw Slewinsky





Pierre Auguste Renoir





Leon Dabo





Joseph M. William Turner





Ivan Aivazovsky





Hugo Knorr





Henri Rousseau





Giovanni Fattori





Claude Monet





Albert Bierstadt





Andreas Achenbach