marzo 24, 2010

FUEGO

"El fuego que ilumina es el mismo fuego que consume"
Henri F. Amiel




Presente bajo numerosos aspectos (desde velas y antorchas hasta hogueras e incendios), en él se advierte, claramente, la ambivalencia del símbolo: en positivo es dador de vida, calor y luz, en tanto bajo su aspecto negativo consume y destruye, causando muerte y dolor.









Asociado al color rojo, al verano y al corazón, remite tanto a las pasiones humanas: amor, cólera, como al espíritu, al aliento divino y sagrado.









Utilizado en rituales de purificación, devora y destruye permitiendo la regeneración y la renovación.

En los "Autos da Fe" de la Edad Media, brujas y herejes eran sometidos al fuego como castigo pero también para la salvación de sus almas, las llamas "purgan", consumen el mal, limpian las impurezas y permiten ascender.









Con la apariencia de estar vivo, es el único elemento que puede producir el hombre por sí mismo y su obtención marcó, de alguna manera, el inicio de la civilización.

Antorchas, velas, cirios, todo lo que porta la "llama viva", aquella cuya flama sube hacia el cielo y representa el impulso ascendente, puede transformarse en un elemento de "luz espiritual" y, por ende, de iluminación.




Algunas obras





Francisco de Goya y Lucientes





Pascal Dagnan-Bouveret





Arcimboldo





George Arnald





Albert Bierstadt





John Atkinson Grimshaw





Adolph Tidemand





Ivan Aivazovsky





Jan Beerstraten





John Charles Dollman





Georges de La Tour
(detalle)





Joseph M.W. Turner





Robert Hubert




4 comentarios:

Patxi. dijo...

me gusta este blog que haces. Es bonito e ilustrativo.
gracias

DG dijo...

Hola Patxi!

Me alegro que te guste mi blog y que lo encuentres ilustrativo, ya que es lo que intento que sea!

Gracias a ti por pasar y comentar!
Un beso

PACO HIDALGO dijo...

Precioso estudio de las llamas y el fuego, muy bien ilustrado. Me quedo con la obra de Turner, todo un remolino de luz, aunque la de Arcimboldo no está nada mal, es original. Un fuerte abrazo.

DG dijo...

Hola Paco!

Coincido con tu comentario, la obra de Turner resulta muy luminosa y brillante; de Arcimboldo siempre rescaté su originalidad para la época.

Si tengo que elegir me quedo con la vela de De La Tour: serena y solitaria, es casi fotográfica.

Gracias por la visita!
Un beso